Se comunica con gran júbilo que el INE acaba de publicar los datos de natalidad del 2008 y que crecemos 0,06, es decir, pasamos de una media de 1,40 hijos por mujer a 1,46.
Este dato es bueno porque no es malo, pero demuestra lo que es un secreto a voces, que la natalidad crece muy poco y fundamentalmente por las mujeres inmigrantes. Seguimos estando muy lejos tanto del relevo generacional (2,3 hijos), como del númerode hijos que según las encuestas desearian tener las mujeres españolas (2,4 hijos). Nos mantenemos persistentemente a la cola de Europa en cuanto a nacimientos se refiere y en consecuencia todos los expertos coinciden en vaticinar que nos dirigimos hacia una población cada vez más envejecida que necesitará más ayudas y cuidados, pero ¿de quien? Si seguimos así, no habrá ni recursos humanos ni económicos para hacerlo.
¿Cuál es el motivo que nos impide tener los hijos que queremos y que por lo tanto nos limita nuestro derecho a ser madres? motivos hay muchos: economicos, sociales, laborales y culturales; pero fundamentalmente hay una enorme confusión respecto a lo que son los hijos y lo que representan, no sólo para la pareja que decide tenerlos, sino sobre el gran beneficio que suponen para toda la sociedad.
Estamos viendo que en el resto de Europa la preocupación por la falta de niños es cada vez más acuciante lo que hace que hasta los propios empresarios, al margen del gobierno, inicien campañas de publicidad natalistas (Alemania), o que los gobiernos fomenten las bajas maternas y paternas, permitiendo conciliar el desarrollo profesional de los progenitores con el cuidado de su prole. Sin embargo en España nos dedicamos a impulsar políticas que no sólo no favorecen que las familias que quieran puedan tener más hijos (políticas natalistas), sino que damos soluciones simplistas a los mal llamados "embarazos no deseados" (politicas abortistas).
Es más fácil decirles a nuestros jóvenes, diviertete y si hay problemas te tomas la píldora del día después o simplemente abortas, cuando lo normal sería educarle para que sea responsable de sus actos y para que valore la vida en sí misma y no sólo cuando les venga bien.
En relación a este debate que vamos a vivir intensamente los próximos meses, hay argumentos de todo tipo que iremos comentando, pero centremonos hoy sólo en el natalista. ¿No es cierto que queremos tener más hijos, no es cierto que necesitamos más hijos para garantizar el futuro, no es cierto que los únicos que garantizamos el relevo generacional somos las familias numerosas que tenemos más de 2,4 hijos? Entonces ¿por qué no se nos protege de una manera especial?
Se dan ayudas a todos los colectivos especiales, no sólo por vulnerables sino también los que se consideran pieza clave de nuestra economía (Pymes, emprendedores), nosotros cumplimos ambos requisitos, pero las ayudas distan mucho de nuestras necesidades y más aún de lo que podría considerarse un trato justo y equitativo por lo mucho que aportamos al conjunto de la sociedad.
Ante este panorama tan negro, las familias con hijos y en especial las numerosas son la solución, somos los que hacemos crecer la media pese a la poca ayuda que recibimos, en definitiva, somos los famosos brotes verdes que a todos nos gustaría ver.