En estos momentos, nadie puede
decir que, en España, las personas no se movilizan para mejorar el entorno o para
atender las necesidades básicas de sus congéneres más cercanos. La crisis ha
activado la solidaridad y el apoyo mutuo.
Muchas de las estructuras de participación, tal y cómo están
organizadas, han quedado obsoletas y estan surgiendo, desde la iniciativa
ciudadana, nuevas estructuras más
flexibles y orientadas a dar respuesta a una realidad concreta.
Y es que estamos en un momento de cambio
social.
Las relaciones de nuestras
asociaciones con la administración han cambiado, y nos exigen reconversión profunda tal como
las conocemos hoy en día. Los recortes presupuestarios han afectado a las subvenciones,
y aunque éramos
conscientes del riesgo de tener solamente esta fuente de financiación,
no ha sido hasta ahora cuando realmente nos hemos percatado del alcance real de
esta dependencia presupuestaria.
La previsión de algunos estudios sobre el Tercer Sector
apunta a que muchas entidades de participación social en 2013 cerrarán porque
no podrán hacer frente al reto de la
innovación y la reestructuración.
Es una tarea complicada la de
redefinir nuestras líneas de acción, nuestras prioridades y necesidades, pero
sobre todo romper con una manera de trabajar y de hacer.
A continuación, desde mi punto de
vista, doy algunas claves para poder orientar el cambio necesario de nuestras asociaciones:
- Analizar las necesidades reales de nuestro colectivo, mediante encuestas, entrevistas en profundidad y contacto con nuestros socios.
- Mejorar la atención a los socios, desde un email agradable de bienvenida, recordatorio de cumpleaños, felicitación por un hijo nuevo, etc... mejorar la atención a las personas redunda en un buen funcionamiento.
- Proponer acciones y proyectos que vayan encaminadas a dar respuesta a necesidades concretas y que además supongan innovación y mejoren la calidad de vida de nuestros socios.
- Profesionalización y compromiso de nuestros trabajadores, ofreciendo la posibilidad de acceder a cursos que mejoren competencias laborales.
- Establecer alianzas con otras entidades para la realización de campañas de captación de socios o de fondos. Si nos fijamos en la diversidad con la que contamos podemos establecer muchas alianzas, en acciones concretas de refuerzo y apoyo a nuestras familias.
- La relación con las empresas precisa también cierta profesionalización y es una posibilidad de implicación en descuentos, patrocinios y voluntariado corporativo.
- Fomentar el compromiso del socio, que no sea solamente un receptor de servicios de la asociacion, sino implicarle, esto significa dejar nuestros egos a un lado y dar margen de actuación y confianza.
- Las Juntas Directivas pueden y deben de establecer prioridades de acción y proyectos y después promover y buscar financiación. Hay que saber primero que queremos y como lo vamos a conseguir.
La administración ya no es la protectora y garante de
promover la participación social. Estamos avanzando en una democracia más
social y sostenible, en la que cada uno somos una pieza clave : todos sumamos y todos aportamos.