¿Qué puede pasar cuando en un
mismo espacio se concentran personas dispuestas a compartir, ávidas de escuchar
y de aprender, que además cuentan con muy poco espacio de tiempo para dedicarse
a pensar, a reflexionar y a valorar cómo mejorar el entorno para el futuro de sus
hijos?
Pues simplemente, se produce una magia especial, una magia para avanzar y buscar opciones nuevas para futuros nuevos. Es como una energía que se retroalimenta y genera retos nuevos e ilusiones por avanzar mejorando el entorno de nuestros hijos.
Pues simplemente, se produce una magia especial, una magia para avanzar y buscar opciones nuevas para futuros nuevos. Es como una energía que se retroalimenta y genera retos nuevos e ilusiones por avanzar mejorando el entorno de nuestros hijos.
Eso es lo que ocurrió en el
Congreso de Familias Numerosas de Málaga. Más de 250 familias numerosas, más de
500 niños correteando por un Palacio de Congresos, haciendo amiguitos,
llorando, compartiendo sueños: porque fue solamente una jornada de un día, pero
muy intenso. Momentos de risas y de humor compartido, de charlas y de
conversaciones con otros, de niños alterados y sonrisas de complicidad.
Pero sobre todo, fue un momento de reflexión, propuestas y mucha
ilusión sobre cosas y casos que afectan a todas las familias con hijos,
especialmente a nosotras, las numerosas.
Como vimos en las ponencias, las
familias están cambiando muy rápidamente pasando de una sociedad donde lo
normal y frecuente era tener muchos hijos a otra donde lo normal pero
infrecuente es tenerlos. Las familias actuales son cada vez más reducidas
llegando a los extremos de que en pocos años resultará extraño el término
primo, hermanos, sobrinos, o tíos... son conceptos a extinguir.
Pero la buena noticia, es que
ante ese panorama desolador, las familias numerosas nos convertiremos en el
baluarte de la sociedad y en pocos años todos los puestos de toma de decisión
estarán ocupados por nuestros hijos.
Es una gran responsabilidad y por ello debemos
invertir nuestro tiempo y esfuerzos, no solo en reivindicar nuestros derechos
sino también en formarnos y formar a nuestros hijos para que realmente se
sientan orgullosos de su papel y en el futuro puedan asumir su responsabilidad
con argumentos y convicción.