martes, 3 de diciembre de 2013

Algo está cambiando




Algo está cambiando. Ante esta crisis tan interiorizada ya nada será cómo antes. La familia a pesar de todo, ha salido fortalecida, depurada. Se han renovado y fortalecido los lazos mediante la ayuda mutua y la comprensión. La gratitud de los hermanos, hijos, nietos ante los familiares que les han apoyado permanecerá y durara años. Porque esta crisis ha sido dura y larga. Aún se dejan ver las consecuencias con mas de 20% de población bajo el umbral de pobreza. Solo se entiende esta capacidad de resistencia mediante los lazos familiares, mediante la cohesión y la fortaleza de la familia. 

Reconozco que, pese a este optimismo en el futuro no siempre es fácil mantener la esperanza. Creo que, aún costará esfuerzo; a pesar de las mejoras que nos transmiten los medios, y que, no siempre percibimos .

Algo está cambiando y frente al consumo sin medida, o el afán de acumular de años anteriores, esta crisis nos ha traído algo muy positivo. Hemos aprendido a valorar y a gestionar mejor nuestros recursos emocionales y materiales. Se va imponiendo ,poco a poco, pero con estabilidad, la voluntad de compartir, de intercambiar, de reinventar , de colaborar , de buscar austeridad en el consumo.

Estamos viendo una nueva forma de entender el consumo y los recursos. Un consumo más sostenible, colaborativo. Según la revista Time el consumo colaborativo será una de las 10 ideas que cambiarán el mundo. Ropa que pasa de una mano a otra , mercadillos que dan nuevas utilidades a las cosas, ver las posibilidades de un material o producto; apostando de una forma sincera, por la sostenibilidad y por el aprovechamiento de los recursos y del consumo. 

Desde las familias numerosas siempre nos hemos sentido orgullosos de nuestra capacidad para compartir, colaborar y reutilizar la ropa, los libros, etc... pertenece a nuestro ADN. Es lógico , somos muchos, y tenemos que gestionarnos bien para el bienestar de todos.
Este cambio, para nosotros, no supondrá un choque en nuestros hábitos, en nuestra forma de entender el consumo. 

Nuestros hijos serán receptivos a este cambio, aunque, por supuesto ,tendremos que esforzarnos y demostrar, con el ejemplo, la necesidad de este nuevo sacrificio.

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